viernes, 25 de enero de 2013

El color de los dinosaurios

Unos recientes estudios realizados sobre los dinosaurios emplumados que vivieron en China en el Cretácico inferior ha permitido saber cuál era su color real. La técnica consiste en el análisis de los melanosomas fosilizados (células de pigmento) del fósil con un microscopio electrónico, después, los investigadores compararon los resultados comparándolos con los de las aves modernas. Sin embargo, esta técnica solo funciona con dinosaurios emplumados, así que no podremos saber el color real de dinosaurios como el Allosaurus, el Parasaurolophus o el Stegosaurus. Vamos a analizar de que color eran algunos dinosaurios:

Las células de las plumas del Microraptor indican que las plumas de las alas eran de un color negro brillante. Los melanosomas se encuentran en forma de barra estrecha, y estaban dispuestas en capas apiladas, al igual que los de un mirlo moderno, y esto indicó iridiscencia en el plumaje de Microraptor . Aunque los investigadores afirman que la verdadera función de la iridiscencia es todavía desconocida, parece razonable concluir que el Microraptor usaba sus plumas brillante como una forma de comunicación o exhibición sexual, al igual que las modernas aves iridiscentes.

El Sinornithosaurus tenía gran parte del cuerpo cubierta de plumas que, gracias a un reciente estudio, se sabe que eran rojizas con rayas marrones en la cola, mientras que las plumas de los brazos eran más oscuras y terminaban en una punta negra.
El Sinosauropteryx era bastante similar al Sinornithosaurus, pues tenía un plumaje bastante similar: gran parte del cuerpo estaba cubierto de plumas pequeñas (excepto en los brazos) de color anaranjado, y además tenía rayas marrones en la cola, que probablemente servían para camuflar al animal.
De momento esta técnica solo se ha hecho con dinosaurios, pero podría ser usada para saber el color de crías de dinosaurio emplumadas, o de aves extintas como el Gastornis o el Dinornis.

martes, 15 de enero de 2013

El origen de los mamíferos


Los mamíferos (orden Mammalia, es decir, lactantes) es un grupo de tetrápodos que se caracteriza por tener pelo, oído interno, en muchos casos viviparismo y un cráneo muy desarrollado que les a permitido sobrevivir hasta hoy y dominar todo el planeta. Es una de las clases de tetrápodos con menos especies, pero está mucho más diversificada y adaptada que todas las demás.

Saliendo del Mar


Hace 372 millones de años, en Groenlandia, uno de los primeros anfibios, el Acanthostega (techo sin espinas) emergió de las aguas de los ríos. Llevaba equipado un diseño totalmente innovador, pues poseía cuatro extremidades. Estas surgieron de las aletas de los parientes de los actuales peces pulmonados, llamados ripistidos, que poseían aletas carnosas en las que ya se podían distinguir los huesos de nuestros brazos y piernas y podían realizar un pequeño "caminar". Con el tiempo los radios de las aletas se fueron estrechando y separando hasta formar ocho dedos diferenciados. Ningún animal actual posee ese tipo de dígitos, pues en muchos casos la cifra es de cinco dedos, a veces como en el caso de las aves menos. Pero este pequeño problema no estaba a la altura del resto de problemas que nuestros ancestros tenían que solucionar para trasladares a tierra. Estos peces ya habían desarrollado pulmones, que junto con el "caminar" de las aletas les servía para desplazarse por tierra en busca de una cantidad mayor de agua, pero al desplazarse, el impacto de las aletas en el suelo se dirigía al cráneo debido a la forma de estas, así que estos animales desarrollaron un cuello que dispersaba el golpe de forma que no llegaba a la cabeza. Aún así, estos animales reptaban lentamente de una forma similar a las tortugas. La piel de los primeros "anfibios" tales como el ya mencionado Acanthostega o el Ichtyostega (tejado de pez) era muy fina y se secaba rápidamente y además para reproducirse, estos anfibios tenían que depositar los huevos y el esperma en el agua, lo cual aparte de ser un desperdicio de esperma, obligaba a estos animales a vivir cerca del agua, pero pronto algunos anfibios encontraran una solución a este problema y darán paso a un nuevo grupo, los reptiles.

La aparición de los reptiles

12 millones de años después de que los peces salieran del agua, se produjo una extinción masiva que eliminó a muchas familias de anfibios, quedando solo unos poco ictiostégidos, pero estos darían lugar a una radiación evolutiva en el siguiente periodo, el Carbonífero. Hace 350 millones de años, un anfibio en particular, el Wetslothiana (De Westlothian) comenzó a desarrollar unas escamas más gruesas, que impedían que la piel se secase, y empezó a depositar huevos en áreas poco profundas, con el tiempo, en un grupo de anfibios en particular, los reptilomorfos, empezaron a poner huevos en áreas más secas y comenzaron a desarrollar una cáscara protectora. Otra ventaja de poner los huevos en tierra es que hay pocos depredadores que se los coman, y no se desperdicia tanto esperma. De estos huevos, que contenían los nutrientes para las crías, además de que podían respirar aire, nacieron los primeros reptiles, como Paleothyris (Fosa antigua) o Hylonomus (Habitante del bosque), estos primeros reptiles eran muy similares a los anfibios reptilomorfos, pero pronto desarrollarían una característica que los distinguiría, agujeros o fosas es en el cráneo que aligeraban su peso y permitían insertar más músculos. Hace 320 millones de años, los reptiles se dividieron en tres grupos: anápsidos (actualmente solo quedan las tortugas) sin fosas, los sinápsidos (sin ningún representante vivo) con una fosa y los diápsidos (lagartos, serpientes y cocodrilos, además de los extintos dinosaurios, pterosaurios y reptiles marinos) con dos fosas. Al poco tiempo, los sinápsidos sacaron una enorme ventaja a los otros grupos, en especial a los diápsidos que apenas se mantenían bajo la forma de pequeños lagartos, mientras los anápsidos se lanzaron al agua y otros empezaron a crecer y a desarrollar coraza, pero muchas de esas formas no pasarían el siguiente periodo, el Pérmico.

Los sinápsidos

Los sinápsidos comenzaron un enorme periodo de diversificación nada más aparecer y empezaron a desarrollarse forma cada vez mayores. Todas contaban con cráneos enormes y dientes aserrados, idóneos para cazar a los primeros herbívoros, también sinápsidos. Los primeros herbívoros desarrollaron cráneos pequeños y con dientes en forma de hoja. Todos estos animales vivían en selvas exuberantes, pero todo esto estaba a punto de desaparecer. Hace 300 millones de años, hubo una de las primeras glaciaciones de la historia, que erradicó gran parte de las selvas y forzó a los sinápsidos a adaptarse. Tanto herbívoros como carnívoros desarrollaron velas dorsales para regular la temperatura en un mundo en constante cambio ejemplos de estos animales son el Dimetrodon (Diente de doble forma) y Edaphosaurus (Reptil terrestre), 10 millones de años después, las glaciaciones terminaron y la vela dorsal empezó a desaparecer, sin embargo, los sinápsidos, en especial los carnívoros heredaron algo de la vela, se transformaron en los primeros animales endotérmicos (de sangre caliente). Esto les permitió alcanzar un nuevo nivel evolutivo. Estos nuevos seres se llaman terápsidos y sus patas comenzaron a juntarse, de forma que sus vientres se separaban del suelo. Los herbívoros se diversificaron en dos grupos, los dinocéfalos y los dicinodontes, los primeros se extinguieron hace 260 millones de años, sustituidos por los dicinodontes y nuevos tipos de anápsidos. Además de estos grupos herbívoros, estaban los nuevos y más desarrollados carnívoros, llamados gorgonópsidos, desarrollaron pelo para mantener la temperatura, adquirieron una postura totalmente recta y un arma letal, los primeros dientes de sable, extremadamente útiles para degollar a sus presas, hace 260 millones de años, una rama de estos carnívoros, los cinodontes, que se cubrieron completamente de pelo y los huesos del cráneo comenzaron a desplazarse, pero una extinción masiva está a punto de exterminar a muchos de estos animales.

La gran muerte

Hace 251 millones de años, un enorme meteorito de unos 14 kilómetros chocó en la Tierra de Wilkes (Antártida) y causó un verdadero infierno en la zona del impacto, pero eso no fue lo peor, pues el impacto generó un efecto rebote que terminó en las Trampas siberianas, que por aquel entonces era una gran masa de lava de un tamaño mayor al de España, situada debajo de un enorme depósito de carbón. La erupción de las trampas junto con el calor del impacto aumentaron la temperatura global 10 grados y liberaron una gran cantidad de gas tóxico situado en los polos, que contaminaron el mar hasta dejarlo casi inhabitable, y extinguió el 95% de la especies marinas, además contaminó la atmósfera del planeta. Con el tiempo las cenizas volcánicas taparon el Sol durante mucho tiempo, extinguiendo gran parte de la flora y eliminando a gran parte de los animales herbívoros, además de bajar las concentraciones de oxígeno hasta una cantidad aproximada del 30% del nivel actual. Todos estos desastres eliminaron a casi todos los anápsidos, quedando solo los ancestros de las tortugas, casi no afectó a los diápsidos pues ya habían desarrollado formas similares a los cocodrilos como Proterosuchus (Cocodrilo ancestral), respecto a los sinápsidos, solo quedaron los cinodontes y dicinodontes. Estos animales alcanzaron un gran desarrollo durante la primera parte del Triásico.

Cinodontes y mamíferos

Después de la gran extinción, aparecieron grandes dicinodontes como Lystrosaurus (Reptil pala) y grandes cinodontes similares a un lobo como el Cynognathus (Mandíbula de perro), sin embargo gran parte de estos animales empezaron a desaparecer, en especial los dicinodontes, fueron sustituido por reptiles diápsidos, los antepasados de los dinosaurios. Los dicinodontes se extinguieron completamente al final del Triásico, mientras que los cindontes sobrevivieron reduciendo su tamaño y haciendo unas modificaciones en el cráneo: Sus caninos se hicieron más cónicos y desarrollaron molares trituradores, además los huesos de las mandíbulas reptilianes, el auricular y el cuadrado se desplazaron hasta el oído para formar el martillo y el yunque, que junto con el estribo formaron el cráneo avanzado que tendrán los verdaderos mamíferos. Este hecho crucial es la frontera entre los reptiles y los mamíferos. Los mamíferos permanecieron a la sombra de los dinosaurios durante 150 millones de años, hasta que llegó su gran momento, hace 65,5 millones de años.

lunes, 14 de enero de 2013

Teorías sobre la extinción de los dinosaurios

No solo su origen en el Triásico y su auge son un misterio, sino también su extinción, hace 65.520 años. Se han propuesto muchas teorías sobre su extinción. Al investigar la extinción de los dinosaurios primero hay que demostrar que indican que estos animales murieron de improviso. El análisis de los dinosaurios determina que al final del Cretácico debía haber 420 géneros de dinosaurios, después, solo había 40 géneros, y luego pasaron a haber unos pocos géneros como el Edmontosaurus al inicio del Cenozoico. Pero al final del Cretácico no solo desaparecieron los dinosaurios, sino también los pterosaurios, los repiles marinos, los ammonites y otras especies mesozoicas, y en total desaparecieron el 52% de las especies. Existen varias teorías acerca de la extinción, ahora veremos algunas de ellas.

¿Demasiado frío?


Al final del Cretácico, el clima cambió drasticamente, hace 68 millones de años, entró en erupción una gran cantidad de volcanes en las llamadas trampas del Decán, en la India, que arrojaron gran cantidad de ceniza a la atmósfera junto con rocas y gases venosos. Por todo el planeta se formó una espesa capa de gas cerca del suelo que debió de extrangular a los pequeños animales como los troodóntidos, pero misteriosamente no afectó a los mamíferos, a pesar de que siempre estaban en la capa de gas y tenían un sistema respiratorio menos eficaz. La enorme cantidad de ceniza bloqueó el Sol durante un tiempo, matando a las plantas y enfriando el planeta 3 grados centígrados. Se cree que esto pudo haber eliminado a algunos animales tardocretácicos como los dromeosaurios, lambeosaurios y titanosaurios, pero la fecha de las erupciones no encaja con la extinción de los dinosaurios.

¿Cayó un meteorito?



Alrededor de 900 cometas cruzan la órbita de la Tierra anualmente. Según los calculos, un cometa choca contra la Tierra aproximadamente cada 7 millones de años, pero el caso de los meteoritos es distinto, pues cada 1.400 años choca un meteorito lo suficientemente grande para crear un cráter, y cada 14 millones de años, uno lo suficientemente grande para crear una extinción masiva. Se cree que hace 65, 52 millones de años, un meteorito cayó en la Tierra. Explorando las capas de roca en las afueras de Gubbio, Italia, un equipo de paleontólogos formado por Luis Álvarez y su hijo Walter, descubrieron en 1980 una fina capa de arcilla rojiza entre dos estratos de piedra caliza. La capa caliza inferior contenía numerosos fósiles mientras que en la superior apenas los había, se descubrió que el estrato inferior era del Cretácico y el superior del Paleoceno, por lo que los científicos dedujeron que que estaba relacionado con la desaparición de los dinosaurios hace 65 millones de años. Cuando se analizó la capa, se comprobó que tenía 30 veces más cantidad de Iridio (una rara sustancia que suele provenir de los impactos de meteoritos) que las rocas normales. Tras analizar más capas de esta edad, se descubrió que todas tenían una gran concentración de Iridio y se dedujo que para que apareciera tanto Iridio debió caer un asteroide de por lo menos 10 km de largo y un peso de 100.000.000.000 toneladas. El impacto de un meteorito de ese tamaño debió de crear un cráter de 150 km de diámetros y habría expulsado a la atmósfera y al espacio 10 trillones de toneladas de roca.
En el año 1991 se descubrió un cráter de estas características en el extremo de la península de Yucatán, México. El cráter recibió el nobre de cráter Chicxulub, que mide 180 km de diamétro, y lo más sorpendente de todo, se origino hace 65 millones de años.

Hace 65.520 años, es el final del periodo Cretácico, el mundo es más cálido y húmedo que el actual, con animales mayores y mayor cantidad de oxígeno. Los dinosaurios poblaban todos los rincones del planeta, desde los desiertos hasta los polos, pero pronto van a desaparecer, pues se acerca un cometa. El cometa se acercaba a 10.000 km/h y con un ángulo de 30%, lo que significa que gran parte de la energía se pierde en el espacio, y casi todo el resto se dirige hacia el Norte, es decir hacia Norteamérica. Cuando el asteroide impactó, evaporó al instante un área enorme de océano, además, la luz era tan intensa que los dinosaurios de zonas como Mexico o Texas, por ejemplo el Alamosaurus, quedaron totalmente ciegos, pero aún faltaban muchos desatres. El impacto tuvo tal fuerza que generó un terremoto global de una potencia 10.000 veces superior al que ha experimentado jamás el hombre, pero como en el Cretácico no había edificios, no debió causar muchas bajas, tras el terrmoto un calor abrasado de más de 1.000 grados asoló la zona sur de Norteamérica, chamuscándolo todo, y si algo sobreviviera, sería gopeado con un viento que se desplazaba mucho más rápido que la velocidad del sonido, sin embargo, se disipó antes de llegar a lo que sería Canadá. El terrmoto generó tsunamis de cientos de metros de altura que asolaron todas las costas del mundo, sin embargo, aún quedaban muchos dinosaurios, por ejemplo en Mongolia. El asteroide lanzó miles de toneladas de rocas a la atmósfera, que, atraidas por la gravedad, cayeron a gran velocidad hacia la Tierra, y con tanta fuerza y tal número, que la atmósfera literalmente se quemó, haciendo aumentar la temperatura, pero aún podía subir más, y de hecho, el asteroide lanzó una nube de polvo supercaliente que abrasó todo el planeta, no se salvó ningún animal, también causó que el agua se volviera ácida, lo cual contaminó suficientemente los mares para eliminar a los reptiles marinos. Mientras los terrmotos generaban réplicas y tsunamis, la oscuridad envolvió el globo, de forma que desaparecieron las plantas supervivientes, con ellas lo hicieron los herbívoros y tras ellos, los carnívoros. Tras toda esta masacre, no sobrevivió nada que pesase más de 13 kilogramos.

¿Dinosaurios ancianos?
Según esta teoría, el cráneo del Triceratops era una prueba de la "edad" de los dinosaurios.

Algunas personas creen que los dinosaurios se extinguieron porque habían vivido demasiado tiempo. Aseguran que las extrañas crestas, los cascos y las placas óseas del cuello son pruebas de que "chocheaban" con la edad. Este planteamiento es absurdo, pues las especies solo se extinguen al ser reemplazadas por otras y por mucho que viva un grupo de animales no tiene porque desaparecer.


¿Orugas asesinas?
¿Quizá una enorme plaga de orugas fue la responsable de la extinción de los dinosaurios? Un gran número de orugas pudieron comerse una gran cantidad de vegetación, por lo cual, los dinosaurios herbívoros se habrían muerto de hambre y los carnívoros desaparecieron al no haber herbívoros de los que alimentarse. Los científicos creen que es una teoría bastante rebuscada, pues para arrasar la vegetación de la Tierra harían falta cantidades ingentes de orugas, y no hay pruebas de que en algún momento existieran tantas orugas, además, en el Cretácico había muchas menos orugas que en la actualidad.

¿Eran demasiado grandes?

Se ha sugerido que los dinosaurios crecieron demasiado para sobrevivir, pues debido a su extraordinario tamaño pudieron, en un momento dado, acabar con la vegetación del planeta, además se ha sugerido que eran demasiado toscos para sobrevivir. De hecho los dinosaurios eran animales enormes y algo torpes, pero también los había pequeños y ágiles como el Troodon que seguramente habrían sobrevivido a una escasez de alimentos. Sin embargo, los dinosaurios de finales del Cretácico eran menores, y probablemente tenían un menor número que los dinosaurios del Jurásico superior o del Cretácico inferior, y en estos periodos no se produjeron importantes extinciones masivas, aunque el gigantesco tamaño de los dinosaurios en estos periodos psoiblemente generó pequeñas hambrunas globales, pero no podrían acabar con todos los dinosaurios.

¿Demasiados dinosaurios?

Las aves son los parientes más próximos de los dinosaurios, y cuándo aves como las gallinas se estresan, ponen huevos de cáscara blanda. Quizás los dinosaurios también se sintieron abrumados porque su población era demasiado numerosa y terminaron poniendo huevos con una cáscara blanda, así se habrían extinguido. Esta teoría tiene un gran fallo, pues los dinosaurios vivieron durante muchos millones de años sin que pasara algo semejante, e incluso en poblaciones mayores que la del Cretácico superior.

¿Demasiado calor?

Hay quien sostiene que, como eran tan grandes, no podían refrescarse cuando hacía calor, pues en el Mesozoico hacía más calor que en la actualidad, y los dinosaurios morían por ello. Los expertos coinciden en que esta teoría carece de solidez, pues los dinosaurios grandes controlaban su temperatura con bastante eficacia, y algunos hasta tenían placas y velas para refrescarse.

Pero fuera cual fuera el motivo, los dinosaurios desaparecieron. Estos animales tenían una posición dominante en el planeta, igual que la nuestra, lo que da a pensar que... ¿Cuánto tiempo nos queda sobre la Tierra?

Geografía del Pérmico

Gran parte de los continentes estaban ya unidos formando el supercontinente Pangea, y el resto de los continentes, como China del Norte estaban a la deriba por el océano Tetis. A principios y a finales del Pérmico, hubo glaciaciones en el polo sur que desestabilizaron el nivel del mar y enfriaron la temperatura. Se cree que estas glaciaciones obligaron a nuestros ancestros sinápsidos a desarrollar sangre caliente. En las zonas Sur y Norte del continentes había grandes bosques de coníferas similares a la taiga en los que no había mucha diversidad tanto vegetal como animal, pues ambas se centraban en las costas del Ecuador. Más allá de los grandes bosques de coníferas se extendían inmensos desiertos por Norteamérica y el Norte de África y Suramérica, en estos desiertos casi nunca llovía pues se encontraban demasiado lejos del mar. En estos lugares los reptiles solían vivir en los pocas y alejadas balsas de agua disponibles, pues si se aventuraban más allá seguramente morirían de hambre, sed y calor. Según nos acercamos a la costa empezarían a verse sabanas, pero no estarían formadas por hierba, sino por helechos con semillas que constituían una gran fuente de alimento para los primeros tetrápodos herbívoros. En la línea de costa había selvas montañosas repletas de familiares extraños y extintos de los modernos helechos, en estas zonas es donde se concentraban los reptiles y los anfibios por la gran cantidad de agua y alimento disponibles. Aún así, lo más impresionante del Pérmico era la gran cadena montañosa, de más de 10 km de altura que se extendía por el centro del continente. Estas montañas eran tan altas que alteraron el patrón climático global, generando monzones constantes en las costas y sequías interminables tierra dentro, además, seguramente allí nacían ríos inmensos que convertían todo el litoral en un pantano.

viernes, 4 de enero de 2013

Albertosaurus sarcophagus

Significa reptil de Alberta
Medía 8,7 metros de largo y 3,5 de alto
Pesaba 2,3 toneladas
Era carnívoro
Vivió en Canadá hace entre 75 y 68 millones de años, en el Cretácico superior

El Albertosaurus era un feroz carnívoro emparentado con el Tyrannosaurus. Aunque era más pequeño, el Albertosaurus era más rápido debido a sus largas y musculosas patas traseras, que le daban una velocidad punta de 45 km/h. Acechaba a los herbívoros de gran tamaño gracias a su camuflaje y atacaba a toda velocidad con las fauces abiertas de par en par, por lo que la presa tenía suerte si lograba escapar a tiempo, y si no escapaban, el Albertosaurus atacabe ferozmente con las mandíbulas y las potentes garras de las patas traseras, hasta que la presa estaba suficientemente débil para poder matarla de un solo mordisco letal en el cuello. Sus afilados dientes, de 20 cm de longitud y afilados como cuchillos junto con su potente mandíbula le permitían romperle el cuello fácilmente a la presa, y si no, dejaban unas enormes cicatrices y la presa podía morir de desangramiento.

Sus patas traseras tenían tres grandes garras, una en cada dedo, y además, en el cuarto dedo del pie, que apuntaba hacia atrás, tenía una pequeñam garra curvada. Sus patas delanteras eran débiles, pero podían levantar 170 kilogramos, aunque la mayor parte de su fuerza proviene de los potentes músculos pectorales. Sus manos terminaban en dos pequeños dedos con garras de 5 cm de longitud. Usaba las patas delanteras para agarrar a la presa y como ayuda al levantarse. Eran seres muy territoriales con enormes territorios para que no faltara la comida. Solo se juntaban en la época de celo y tras ello, las hembras, que eran mayores que los machos, se quedaban cuidando de las crías, que al nacer ya medían 20 cm. Su hábitat estaba repleto de presas como el Ankylosaurus, el Parasaurolophus o el Centrosaurus. A veces cazaban en pequeños grupos a una gran manada de hadrosaurios, y para atacarlos, un ejemplar se lanzaba hacia ellos, y los herbívoros se ponían a correr como locos, entonces parecían el resto de Albertosaurus de la maleza y sorprendían a unos cuantos.