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sábado, 1 de diciembre de 2012

Diplodocus longus

Significa doble viga
Medía 27 metros de largo y 6 de alto
Pesaba 30 toneladas
Era herbívoro
Vivió hace -154.000.000/-144.400.000 años

Fue descubierto por Marsh en el año 1878. Lo más destacable del Diplodocus era su enorme cuello (8 metros) y su cola (14 metros). Su cráneo era muy pequeño y ligero. Caminaba a cuatro patas, pero también podía apoyarse sobre la cola y los cuatros traseros, al hacerlo, alcanzaba los 15 metros de altura. Usaba su larga cola que permanecía en el aire como arma defensiva. Sus pequeños dientes cilíndricos estaban diseñados para roer la vegetación. Solo tenía un orificio nasal y una cámara de resonancia para emitir sonidos. El Diplodocus era un animal terrestre pero, a juzgar por su dentadura, seguramente también comía plantas acuáticas. Eran cilíndricos debido a que si fueran como rastrillos la arena habría dañado el esmalte, pero los huesos no lo confirman. Los Diplodocus tenían que dejar la cola en el suelo para descansar, debido a que estaba tan anclada a su cuerpo que permanecía horizontal. Si la hubiera llevado siempre erguida la piel se habría deteriorado y los huesos de la cola se habrían desgastado, lo cual sugiere que debían permanecer así como una hora y media diaria, al andar, la llevaba siempre horizontal. Incluso cuando alzaba el cuello, el Diplodocus corría el riesgo de que se la acuñaran las vértebras. Solo un enorme corazón o varios habrían podido llevar la sangre hasta el cerebro, así que este sufría una enorme presión. Tenía 1.000 litros de sangre. El cuello fuertemente curvado por el que pasaban los nervios y los vasos sanguíneos era la parte más amenazada de su cuerpo. Como los orificios nasales del Diplodocus se encontraban tan arriba, es posible que tuviera trompa, aunque sabemos que no era así. Sus dientes, de hasta 3 cm, aparecían rebajados en ángulo respecto de su eje longitudinal, lo cual sugiere que roía las cortezas de los árboles. Cuando alzaba el cuello y la cola, los músculos del cuello y la espalda tenía que ejercer una tracción de 14 toneladas. Probablemente, por las vértebras bifurcadas de su cuello y espalda pasaban unos ligamentos muy fuertes. El centro de gravedad del Diplodocus se hallava cerca de las caderas. Tenían espinas que formaban una hilera sobre la espalda. Cuando eran atacados por depredadores como el Allosaurus se erguían sobre sus cuertos traseros y golpeaban con las garras (imagen).
Una manada de Diplodocus longus es acosada por un Allosaurus fragilis.
El Diplodocus tenía una larga cola que terminaba en una punta como un látigo, esto servía para ahuyentar a los depredadores, y también para comunicarse, cuando atacaba con la cola, podía superar la velocidad del sonido, haciendo un reestallido muy potente capaz de matar a cualquier depredador. Las patas del Diplodocus eran robustas como columnas, si no fueran así, el animal se caería. Hace bastante tiempo se propuso que el Diplodocus tenía las patas muy arqueadas, como los lagartos y que solo podía moverse por las grandes fisuras del suelo, aunque esto carece de sentido. En las cuatro patas poseía una gran garra que le servía como arma defensiva y también para excavar un hoyo donde depositar sus huevos. Los Diplodocus tenían una cabeza muy pequeña, de la que no podían recoger el alimento suficiente para un animal de su tamaño, además no podían masticar, es decir, no podían mover las mandíbulas hacia los lados como los camello. Pero ellos tenían otra forma, tragaban piedras, llamadas gastrolitos, para que trituraran la vegetación en sus estómagos sin tener que perder tiempo masticando, así podían conseguir muchos nutrientes, seguramente este proceso era muy ruidoso. En la época de celo, los Diplodocus macho se peleaban por las hembras, usualmente solían ganar los más grandes y viejos, pero siempre hay empates, y cuando esto ocurría se pelaban en posición bipeda, estos animales, al ser tan grandes, podían hacer temblar el suelo y fácilemente romper huesos. En el apareamiento, la hembra tenía que soportar diez toneladas más de peso, por eso tenían unas caderas reforzadas. Las crías nacían de huevos como un balón de fútbol, al nacer, medían 50 cm y eran atacadas por animales como el Ornitholestes. Las crías se metían en los bosques hasta que eran lo suficientemente grandes para no tener depredadores en ese lugar, pero al final tenían que salir a las praderas junto con gigantes como el Stegosaurus o el Brachiosaurus. Tras esto tenían que buscar una manada para unirse a ella, las manadas estaban formadas por hasta 70 individuos. Alcanzaban la edad adulta, engordando una tonelada al año, a los 20 años, tras lo cúal, envejecían muy deprisa. El Diplodocus se extinguió al final del Jurásico en un misterioso evento, posiblemente a fruto de un impacto, junto con la mayoría de los estegosaurios y los carnívoros del Jurásico.

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